jueves, 16 de junio de 2016

Sexo, drogas.... y quedadas de Internet cap 2

Marta e Isa se sentaron en la parte trasera del coche, dejando espacio para que Helena aprovechase la música de la radio para hablar con Sandra sin que ellas la oyesen.

“Sandra, ¿tú estás segura de lo que vas a hacer?”

“Mmmmm. ¿a qué te refieres?”

“¿Vas a meterte en la ducha con Marta e Isa?”

Sandra miró por el espejo del parasol a las dos chicas sonrientes y excitadas sentadas detrás suyo, y contestó a Helena con una sonrisa que lo decía todo.

“No me lo puedo creer! Si casi no las conoces”

“Helena, les voy a dejar que jueguen con mi cuerpo un rato, no me voy a casar con ellas. Además, míralas… están bastante bien, ¿no crees?”

Helena no contestó pero la verdad es que ella también pensaba que estaban bastante bien… muy bien en realidad… muy, muy, muy bien…
El día en la playa les había dejado un tono dorado en la piel y sus mejillas estaban algo enrojecidas.
El olor a mar y protector solar ayudaban a aumentar ese calor interno que se siente siempre después de un día de playa….

Sandra se lo iba a pasar bien… realmente bien….

Cuando llegaron al apartamento Helena le recordó a Sandra el trato que habían hecho.

“Bueno, yo me voy a la ducha, no tardo nada. Espero que cuando salga no me hayáis montado una orgía en el salón, que me gustaría poder tumbarme en el sofá a ver un rato la TV y descansar un poco”

Sandra ya estaba cuchicheando entre risas con Isa y Marta, y ni siquiera se molestó en mirar a Helena mientras le decía. “Sí, sí, pero no tardes o no te prometo nada, que yo soy muy educada y no puedo hacer esperar a estas bellezas mucho tiempo”

“Desde luego, Sandra… si lo sé le pido a Violeta que me deje su sofá… Menuda noche me espera”

Helena cogió la ropa limpia y se metió en el baño.

Mientras enjuagaba el bikini que se acababa de quitar podía oír las risas de Isa, Marta y Sandra y cómo ésta les decía algo de no sé qué que tenía en la maleta.

Miró su reflejo desnudo en el espejo y le dijo:

“Helena… esto va a ser un suplicio… todas comiendo esta noche y tú viéndolas pasar”

Con un suspiro se dirigió hacia la ducha.

Hacía calor, así que no se molestó en poner el agua caliente, además, con lo que se empezaba a oír proveniente del salón, tampoco le vendría mal que el agua estuviese un poco fría.

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